Una de las situaciones que puedo encuadrar bajo la frase "esto no tiene precio" es el correr bajo la luz de una luna llena, en buena compañía y con la iluminación artificial de un frontal. El año pasado cuando todavía estaba entre nosotros EL COSTAL (no es que se haya muerto, simplemente se nos fue a Portugal) hicimos un par de incursiones nocturnas que bien merecen la pena y en lo que va de año no se han vuelto a repetir. Es por esto, que en cuanto venga a visitar nuestras noches la luna llena, y nos rete iluminándonos el sendero para que salgamos a desafiar a jabalís y mosquitos, rememoraremos una carrera por cualquier recóndito monte en honor al tractor gallego.
Este fin de semana no puedo sumar todo lo que hubiera querido, limitándome a 40´de carrera por asfalto el sábado por la mañana. Por la tarde, partido de baloncesto y el domingo desconectado del mundo. La báscula me dice que tengo que empezar con una rutina seria.
Fuerza y valor
No hay comentarios:
Publicar un comentario