¡Qué pereza da pero que bien sienta! Nada como madrugar para comprobar que todo esfuerzo tiene una recompensa, y cualquier actividad es buena para darse cuenta de esta máxima vital. El sabado quedamos a correr Yiki, Javi, Jose Costal y un servidor para hacer íntegra la ruta del Roller Master. Quedamos en la estación de la FEVE donde vemos a algunos conocidos que van a rodar un poco, y pronto nos juntamos los 4 para admirar en primer lugar la nueva furgo de Costal y salir a pasar un buen rato después. El ritmo es tranquilo pero constante, y van pasando los kilómetros entre risas y charla. Al poco me doy cuenta, miro y los veo delante, con gran zancada y buena actitud, en definitiva, los veo y me alegro de estar junto a ellos. Es inexplicable la sensación de plenitud que tengo cuando se unen familia, amigos y montaña. Además, éstos son especiales cada uno en su registro. Seguimos descendiendo de los molinos por el camino donde en un pasado no muy lejano, muchos trabajaron la montaña entre minas y explotaciones sacando lo que la tierra les daba. Ahora todo son ruinas, pozos e historia de una cultura minera orgullo de muchos. Nos ven pasar los molinos, el mar de Portman, las baterias de las Cenizas, etc. y todo con un ambiente distendido y sano. Prosigue la marcha y pasan los kilómetros y casi sin darnos cuenta hemos recorrido sendas y montes en algo menos de 3 horas y 22 km de suave salida "campera". Quizás sea lo de menos los metros, desniveles e intensidades (estoy seguro). Esto de correr es solitario e ingrato en muchas ocasiones. Sin embargo, últimamente me he dado cuenta que compartir vivencias en compañía de la gente que admiras llena infinitamente más y hace del esfuerzo algo más llevadero. Por muchos años que sea así, ..... , ¡y tú que lo veas!
Foto 1. De izqda. a dcha. Yiki, Javi y Costal. Bajando los molinos
Foto 2. Pronto dejé de verlos de cara para ver sus espaldas. Llegada a Portman
Señores, ha sido un placer.
Fuerza y valor
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