Cuando el año pasado encaraba la II Ruta de las Fortalezas, mis piernas llevaban por esas fechas más competición y más velocidad. Este año, tengo claro que los objetivos son otros y que ni mucho menos, los kilómetros serían los mismos. Con esto en mente, el sábado tenía lugar la carrera más bonita y mejor organizada de las que por el surteste español tienen lugar, en parte por el gran despliegue del ejército que con su infraestructura presta ayuda en el desarrollo de la misma. Desde un principio, la idea era ir lo más agrupado posible para compartir momentos especiales en el debut de Javi en la distancia, así como con Jose y Toni, siendo consciente que el castigo vendrá más adelante. ¡No hacernos daño y disfrutar!. Como si de un mantra se tratara, esta era la idea principal que rondaría mi mente durante los 51 km del recorrido. Puntual, comenzó la carrera y como sucediera el año pasado, salimos muy atrás lo que provocó que andando-corriendo comenzáramos la prueba de una forma prudente. La primera parte discurre por la zona del puerto y nos dirige hacia El Calvario, donde observamos que la cabeza de carrera lleva un ritmo muy alto. Subimos sin parar esta primera ascensión y en lo alto, esperamos a Javi que se había quedado un poco retrasado. Un par de minutos y ni rastro, con lo que decidimos bajar tranquilamente esperando que nos alcance, cosa que no sucede. Seguimos la marcha y en la segunda ascensión vemos que Toni y Javi ya corren juntos a unos 200 metros, con lo que alargamos la zancada y ahora sí, los cuatro ponemos un ritmo que nos permite llegar hasta lo más alto de San Julián sin parar. Una larga bajada nos deja de nuevo en el puerto para a continuación hacer el Parque Torres y el centro de Cartagena entre risas y sin acumular mucho cansancio, devolviendo saludos a los animados transeuntes. Las zonas llanas son un poco más estresantes, pero pronto comenzamos a gestionar la parte central del recorrido que nos ha de llevar hasta la antigüa cárcel de Galeras. Hasta aquí, hemos ido los cuatro unidos pero me dejo ir y decido hacer lo que pueda corriendo, que resultará ser el resto de la prueba. Galeras se hace casi sin esfuerzo y Atalayas andando en su totalidad. En la base de este monte, veo a antiguos compañeros de fatigas que al día siguiente competirían en el 1/2 Ironman de Elche, y que me dan un poco de su fuerza. Gracias Jose Manuel, Fran y al siempre incombustible Miguel que es todo un referente. Paso a paso aprovecho el ritmo para tomar dos geles del tirón y cargar de glucosa el cuerpo para lo que es la parte más dura del recorrido. Sin duda, Atalayas deja la foto más dura del trayecto con desvanecimientos y asistencia de aquellos que quisieron burlar la fatiga y no lo consiguieron. Por lo que a mi respecta, continúo con fuerza y sigo pasando a gente en el trayecto que va desde Atalayas hasta los pies del Roldán. Ultimo avituallamiento en el Km 43,5 y una ascensión que no me ha de pillar desprevenido. Ritmo tranquilo alternando el trote con el camiar que me deja en el mirador del Roldán donde la última subida se me empalaga un poco, ya con las piernas cansadas pero ágiles al fin y al cabo, que me animan a afrontar una bajada con fuerzas. De aquí al acuartelamiento es todo bajada y ahora sí, esto prácticamente ha terminado. Alargo la zancada y bajo un poco el ritmo buscando cuidar la mecánica durante la zona de Tentegorra, que lleva después de un kilómetro a entrar en una meta todavía despoblada que espera la llegada de más de 3.000 ilusiones y sueños cumplidos. 5 horas y 22 minutos de satisfacción y disfrute total con una ciudad que se volcó en "su" carrera, en la que propios y extraños se llevaron un maravilloso recuerdo de lo que un día fue la Defensa de Murcia, y el puerto más seguro de Europa. Según entro en meta, y todavía con el traje de faena, voy dirección contraria para entrar en meta junto a mi hermano mayor que haría un grandísimo tiempo de 5 horas y 37 minutos, y a continuación misma maniobra en busca del pequeño de los tres, que entraría un poco más tarde dándome de nuevo una lección maravillosa. Gracias Javi por demostrarnos con una sonrisa y toda tu fuerza, que la vida nos permite en ocasiones llegar primeros y otras veces, hemos de aprender paso a paso de lo duro que es conseguir llegar a la meta.
Foto 1. Primera parte del trayecto junto a Toni y Chechu.
Grandísimo puesto de FRACASA Yiky, que gestiona como nadie la distancia y la dureza. Su 11º puesto le hace merecedor de todo nuestro respeto.
Fuerza y valor
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