Ayer fue uno de esos días en los que todo cobra un sentido especial. Desde que comencé este año con las clases en la Universidad, se me ha hecho muy duro psicológicamente aunque la cohesión y el trabajo de los chicos me servía para innovar y trabajar mas por ellos que por mí mismo. Ayer di por cerrado sin apenas darme cuenta el ciclo con ellos con la sensación de no haberlo hecho mal.
Con ese subidón de adrenalina volví a casa, cogí las zapatillas y me fui a correr al Carmolí con la siguiente receta: 40´de calentamiento + 2 x 5 x 1´ en cuestas r: bajada al trote y R: 10´ de trote + 10´ de vuelta a la calma. En total 75´de carrera y 14 km más a la saca.
Fuerza y valor.
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