Ya ha estallado la traca grande de la fiesta. Se llama Ramón García y lo conocí en una charla hace ya algunos años cuando no perdía oportunidad para empaparme de ese nuevo veneno que era el triatlón. Decían dos amigos de éste, que si a algo no le ganaba nadie era a “charlar y charlar”. Lo he seguido habitualmente por su espacio de comunicación personal (vamos, en su blog) http://www.triraymond.blogspot.com/ por cómo habla de eso que hay detrás del deporte, de ese sentimiento que nos mueve a ilusionarnos por las cosas pequeñas. Me gusta porque es cercano, porque es un gran deportista y porque una persona que tiene a tanta gente cerca (está a punto de llegar a las 60.000 visitas) no puede ser mala persona, aunque él diga que la mitad de las visitas son de su hermana. Hasta aquí el prólogo.
Hace no mucho tuve un sueño y como de un tiempo a esta parte, escuché más al corazón que a la cabeza. Soy consciente de mi limitación física para según qué desafíos, retos, pruebas o como quiera llamarse. Me pregunté entonces que me podría hacer llegar a Lorca cuando ya no pudiera más y me acordé que cerca de ahí vivía un tipo especial por su manera de vivir el deporte, y con mas respeto que miedo pedirle que me acompañara durante una parte del trayecto. Si he de ser sincero, me daba vergüenza, aunque para mi sorpresa no pensó que era algo estúpido y se ofreció a acompañarme, cosa que me aportó una dosis extra de ilusión por afrontarlo. Por el camino pueden pasar muchas cosas, incluso puede ser que no llegue a Lorca (o a Caravaca, o a Yecla). Ahora bien, voy a darlo todo por llegar a esa ciudad tan castigada por el destino, donde habitan tantos héroes anónimos. Llegar a Lorca será casi el final de mi camino, desde ahí y con la ayuda de gente como Ramón, solo quedará terminar algo realmente increíble. Se ha convertido en una iniciativa maravillosa por lo que hay detrás. Podría no salir el sábado 30 y habría conseguido más de lo que nunca soñé. Todo gracias a gente como la del Club Triatlón Arabí de Yecla, la del Club Triatlón Cartagena, a la Caja Rural Central, como Ramón, como Jose, Javi, Marina, El Loco, Guti, Manu, y todos los que se sumarán a buen seguro en los próximos días. Yo no sé que haré, pero voy a intentarlo por no defraudaros y poder devolveros todo lo que me habéis hecho sentir. Ese día no se corre por ganar, y hacerlo por mí ha perdido el sentido. Ese día se rueda por ASTRAPACE y por vosotros. GRACIAS.
Fuerza y valor.
Hace no mucho tuve un sueño y como de un tiempo a esta parte, escuché más al corazón que a la cabeza. Soy consciente de mi limitación física para según qué desafíos, retos, pruebas o como quiera llamarse. Me pregunté entonces que me podría hacer llegar a Lorca cuando ya no pudiera más y me acordé que cerca de ahí vivía un tipo especial por su manera de vivir el deporte, y con mas respeto que miedo pedirle que me acompañara durante una parte del trayecto. Si he de ser sincero, me daba vergüenza, aunque para mi sorpresa no pensó que era algo estúpido y se ofreció a acompañarme, cosa que me aportó una dosis extra de ilusión por afrontarlo. Por el camino pueden pasar muchas cosas, incluso puede ser que no llegue a Lorca (o a Caravaca, o a Yecla). Ahora bien, voy a darlo todo por llegar a esa ciudad tan castigada por el destino, donde habitan tantos héroes anónimos. Llegar a Lorca será casi el final de mi camino, desde ahí y con la ayuda de gente como Ramón, solo quedará terminar algo realmente increíble. Se ha convertido en una iniciativa maravillosa por lo que hay detrás. Podría no salir el sábado 30 y habría conseguido más de lo que nunca soñé. Todo gracias a gente como la del Club Triatlón Arabí de Yecla, la del Club Triatlón Cartagena, a la Caja Rural Central, como Ramón, como Jose, Javi, Marina, El Loco, Guti, Manu, y todos los que se sumarán a buen seguro en los próximos días. Yo no sé que haré, pero voy a intentarlo por no defraudaros y poder devolveros todo lo que me habéis hecho sentir. Ese día no se corre por ganar, y hacerlo por mí ha perdido el sentido. Ese día se rueda por ASTRAPACE y por vosotros. GRACIAS.
Fuerza y valor.
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