Como dos afluentes que coinciden en el cauce de un río, así siento la nueva relación que me va a unir a Yiki para el reto deportivo más importante de mi vida. Cambiar de orientador de entrenos (o entrenador) es una decisión que me ha resultado difícil por lo bien que ha ido hasta ahora. Decido dejar que Jorge siga su camino agradeciendole su esfuerzo y su trabajo, y me pongo a pensar en que tipo de persona estaría tan loca como yo para entender lo que persigo. Busco en mi interior y me pregunto qué persigo y cómo lo he de lograr. Parece sencillo, ya que hasta ahora he conseguido una base que me permite acabar triatlones y disfrutar de ellos, he de conseguir ampliar esa base para crear una sólida estructura que me permita afrontar retos cada vez mayores. En la figura de lo que yo denomino un orientador de entrenos, busco una persona apasionada con el deporte que además, tenga conocimientos técnicos en la materia con el fin de coordinar un calendario con objetivos y mejoras definidos. Además, que tenga la posibilidad de estar cerca para que de forma ocasional tengamos contacto para corregir la técnica tanto en carrera, como en bicicleta. Y por último, con el que tenga o pudiera tener compenetración y confianza para dejarle hacer su "trabajo". ¿Y quién puede ser esa persona?. De forma casi inmediata a la formulación de la pregunta, respondo Yiki, no sin la incertidumbre de saber si estaría dispuesto a acompañarme durante el camino. Pues bien una vez que hemos hablado, la motivación que tengo se incrementa un poco más (si eso es posible) y vamos a trabajar juntos para conseguir que mis sueños se hagan realidad.
¡Qué sean muchos sueños, y muchas realidades!
Fuerza y valor.
¡Qué sean muchos sueños, y muchas realidades!
Fuerza y valor.
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