Vengo observando desde hace un tiempo algo común a los deportistas de resistencia no profesionales. Esto no es sino la búsqueda de un fin espiritual en aquello que hacen que complemente lo puramente físico de la actividad. Cabeceras como: "la vida es para soñarla" o "nada sin sueño puede ocurrir" son la seña que marcan algunos de los blogs que sigo habitualmente, y denotan una motivación extra a la hora de complementar la vida. Este ámbito psicológico que es la motivación, me interesa mucho porque es el elemento que puede aportar una ventaja competitiva a la hora de afrontar nuevos retos (laborales o vitales). Para mí, es gratificante este tipo de personas que son ambiciosas en sus retos y constantes en la forma de afrontarlos, sin poner excusas ni justificaciones ante las adversidades. Me gusta el tipo de personas que ante un problema proponen una solución, y no se quedan en el lamento pasivo. Se trata de aquello que Steve Jobs llama, "mantenerse hambrientos". Por lo tanto, luchar por mantenrse motivados porque con esa actitud seréis un referente en los que vuestros allegados se apoyen y que os servirá para VIVIR la vida y no pasar por ella de puntillas.
Todo esto lo manifiesto porque no puedo contar lo muchísimo que he entrenado, ni lo alto, rubio y guapo que soy. La culpa la tiene un enfriamiento (o principio de gripe) que estoy incubando y que me tiene muy preocupado porque se supone que esta sería la semana mas fuerte de entrenos. No obstante, no hay mal que por bien no venga, y estoy llenando mis días de la experiencia que me aporta las clases en la UMU y en La Caja, que es enorme.
Fuerza y valor.
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