jueves, 26 de noviembre de 2009

"MOTIVACION" COMO PARTE DEL CAMINO

Cuanto más me adentro en el mundo del deporte, más interés me despierta la idea de conocer qué le lleva al individuo a realizar esfuerzos de gran intensidad durante largos periodos de tiempo. Es cierto que hay personas positivas por naturaleza que viven la vida con una motivación extra, minimizando los contratiempos y enfatizando los logros. En este caso se habla de la motivación interna del individuo.

Pero la motivación de la persona es algo más que una característica de su propia personalidad. Hay dos razones generales que nos llevan a realizar cualquier actividad. Por un lado tenemos el beneficio personal que obtenemos a cambio del esfuerzo realizado (motivos extrínsecos o de la acción), y por otro está la recompensa que nos resulte la acción es sí misma (motivos intrínsecos). Al hilo de esto se pueden establecer una serie de teorías que nos llevan a estar más o menos motivados con la acción que llevamos a cabo. Tendemos en primer lugar a compararnos con nuestros “iguales” en lo que los psicólogos denominan la comparación social, lo que implica el análisis de los resultados que obtenemos en virtud a los esfuerzos que empleamos y comparamos con el índice esfuerzo/resultado de nuestros conocidos (sensación de equidad). La percepción de desigualdad puede llevarnos a sentirnos desmotivados con todo lo que ello implica. No obstante, casi nunca comenzamos una actividad sin antes haber juzgado el valor de las consecuencias que pueden tener para nosotros (expectativas o valor de la acción motivada). Esta es la que a mi entender resulta la postura más acertada y de más peso en la actividad física de resistencia. La denominada teoría del camino-meta de Georgopoulos, Mahoney y Jones viene a analizar la conexión que existe entre el rendimiento y la satisfacción o motivación de la actuación. Una persona realizará un esfuerzo con mayor intensidad cuando se adecue a dos factores:

- Las expectativas con respecto a los resultados que pueda traer la consecución de dicha tarea. Está relacionado con las anteriores experiencias y con la autoestima del individuo, y sólo las expectativas positivas resultan realmente motivadoras.

- Los valores. El valor de una acción depende de lo que Vroom llamó instrumentalidad, es decir, de la estimación subjetiva que la persona haga de la utilidad de dicha acción para satisfacer sus propios intereses.

Por último, encontramos las metas y objetivos como representación mental de los resultados deseados de una acción y como pieza clave del llamado proceso de autorregulación de la conducta. Sin embargo aunque las metas nos sirvan como punto de partida a la hora de realizar un reto (tanto personal como profesional) es sólo eso, un inicio. El verdadero esfuerzo viene minimizado por la motivación diaria que nos lleva a luchar por conseguirlo, y es en ese oscuro lugar donde me adentro cada día.

Al hilo de todo esto, en mi búsqueda de la “verdad” he dado con un bicho inhumano que se dedica a la ultradistancia. Es brutal lo que puede hacer el cuerpo humano.
Sigo sin noticias de UTMDA y ya estoy inmerso en la búsqueda del material que utilizar durante la prueba. Emoción e ilusión.

Fuerza y valor.

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