martes, 14 de diciembre de 2010

UN DIA ENTRE MONTAÑAS

En este tipo de carreras se sale muy pronto, lo que implica levantarse antes todavía. A las 5:45 suena el despertador, terminamos de preparar el material (frontal, ropa de abrigo, geles, etc) y nos vamos Jorge y yo hacia el ayuntamiento a pasar el control de salida. A las 7 puntual da la salida la carrera donde veo caras conocidas (Vicente Roig al que más tarde conocería en persona, Fran, Tere, Carlos, etc.) y eso aplaca un poco mi inquietud. Salimos subiendo y en el primer cruce... el grupo entero nos equivocamos de camino, problema que se solventa fácilmente. Cojo ritmo y veo pasar a gente bastante rápida. Me confío y me dejo ir, aunque al poco tiempo me doy cuenta que no es una maratón y me meto en el ritmo "cansino" corriendo en subidas y bajadas. Llegamos a la zona más técnica, con bajadas resbaladizas de piedra suelta, y subidas donde hay que apoyar las 4 extremidades (incluso hay zonas de cuerdas). Voy bien aunque ya se me han ido Fran y Tere. Sigo con mi tran tran y con el paso de los kilómetros comienzan a cargarse las piernas, decido tomarme un ibuprofeno (para el dolor en las plantas de los pies) y comenzar con los geles a un ritmo de 2 por hora (tras el km 25). Mi preocupación pasa ahora por no dar un traspiés que haga aparecer los calambres. Una subida espectacular, da paso a una bajada no menos interesante, y así llegamos a la maratón donde afrontamos la penúltima subida. Llevo varios kilómetros con Chabi (del club de alta montaña de Teruel) comentando lo bien que estaríamos durmiendo y hacemos subidas poniéndonos al corriente de la vida montañera, así vamos bien y sólo queda una media maratón de montaña para terminar. 5 kilómetros más tarde (después de la subida) veo a lo lejos a Fran y voy a por él. Le doy caza en el kilómetro 50 y veo que anda fastidiado de ánimo con calambres, pero va con mucho pundonor, ya estamos terminando. Ultima subida, grupo compacto y una frase desanima al personal. Nos dice un chico que han quitado el último avituallamiento y comienzo a buscar en la mochila geles y barritas. Aprieto un poco el ritmo alejándome de la grupeta y bendita sorpresa, último control de paso y avituallamiento lleno de todo. Una coca cola me da la vida, y bajo encontrándome cada vez mejor los últimos 5 kilómetros, entrando en meta a las 8 horas y 46 minutos de comenzar.

Varias son las lecturas que saco de esta carrera:

1. Es fundamental tener una ingesta suficiente de energía que reponga las pérdidas. Llevar geles y barritas me ha ayudado a no tener problemas, así como beber un botellín de H2O a la hora (aprox.)

2. Dosificar hasta los últimos kilómetros el esfuerzo, evitando caídas y traspiés innecesarios. Prudencia.

3. Apoyarme en los compañeros de fatiga me ha ayudado a DISFRUTAR de principio a fin la carrera.

4. El cuerpo es impresionante. Lo máximo que he corrido este año han sido 2 horas y 45 minutos (creo recordar). Aún así, en esta prueba el cuerpo ha aguantado mucho más tiempo del que yo creía. Ahora le regalo un descanso como recompensa, y le informo que pronto habrá más.
5. Nunca corres solo.
Del cielo al infierno en 13 segundos.


Fuerza y valor

2 comentarios:

  1. Que grande eres!!! Claro que si, con un par de ......, yo de mayor quiero ser como tu, de hecho algún dia me iré a hacer alguna locura de estas contigo. Un abrazo Crack.

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  2. Es increible como se puede mejorar tanto en tan poco tiempo. Seguro que a este ritmo, en 2.011 te inscribes en alguna. Se me ocurre, la ruta de las fortalezas. Gracias.

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