martes, 10 de enero de 2012

ESAS PEQUEÑAS COSAS

La importancia que en ocasiones tienen las pequeñas cosas, me hace tener el convencimiento de que no hay cosas pequeñas. Ayer sucedió algo especial que no tiene más importancia de la que yo quiera darle. Habíamos quedado para hacer una salida nocturna aprovechando la luna llena y a eso de las 21:00 horas con unos frescos 8º nos congregamos Yiky, Fernando, Nico, Alfonso, Felipe y yo frontales en la cabeza y con ganas de una salida de trail diferente. El terreno es conocido, familiar diría yo, pero a oscuras y con las luces apagadas, cada paso es nuevo. Cada apoyo requiere de una concentración para no tropezar con las piedras del camino, donde correr es correr y toma todo su sentido. Se agudizan los sentidos a medida que nos adentramos entre pistas y sendas, el oido mantiene alerta al cuerpo y este a su vez, realiza adaptaciones para desenvolverse con seguridad en un ambiente que le es extraño. Afrontamos subidas, que no son tan peligrosas como las bajadas, entre conversaciones de todo tipo, y poco a poco vamos haciendo camino con la única compañía de una preciosa luna llena y unos compañeros de viaje que permiten que todo tenga un sentido especial. Han pasado 65 minutos y casi 12 km desde que comenzamos y todos terminamos con el sinsabor de haber podido haber disfrutado un poco más de la noche, del monte y de la luna.



Foto 1. Fernando, Felipe, Yiky, Niko y yo (de izqda. a dcha.)

Foto 2. Comenzamos a subir a Atamaría sin luces
Foto 3. El que suscribe


Foto 4. Felipe


Fuerza y valor

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